Mariscos

El término marisco es un término gastronómico que se refiere a los animales marinos invertebrados comestibles, fundamentalmente los crustáceos (gambas, langostinos, camarones, quisquillas, cangrejos, cigalas, langostas, bogavantes, …) y moluscos, aunque también incluye algunos equinodermos comestibles (como el erizo de mar). En el grupo de los moluscos entran fundamentalmente los bivalvos (almejas, mejillones, ostras, berberechos, …) y los cefalópodos (pulpo, calamar, sepia), aunque debemos mencionar también la clase de los gasterópodos, en la que se incluye el caracol.

calamar-1367750482v5btt

Los datos de prevalencia de alergia a mariscos en la población general son limitados, al igual que ocurre en otros alimentos, por la falta de estudios poblacionales desarrollados con um método idóneo: la mayoría de los estudios existentes sobre la población general se basan en encuestas (teléfonicas o por correo, fundamentalmente). Aunque es más frecuente en adultos, en España se estima que en niños escolares está, según el estudio Alergológica 2005, en torno a un 5%, cifra que crece cuando aumenta la edad del grupo estudiado.

El alérgeno principal responsable de las reacciones por ingesta de crustáceos es la tropomiosina, una proteína que está presente tanto en células musculares (con un papel importante en la regulación de la contracción muscular) como no musculares. Las tropomiosinas se han identificado como panalérgenos (los panalérgenos son proteínas muy extendidas en la naturaleza, que se encuentran presentes, con estructura muy similar, en diversas especies no relacionadas entre sí): las tropomiosinas de crustáceos y moluscos (incluyendo el caracol de tierra) son muy similares entre sí, y resultan también similares a las de insectos y ácaros del polvo. La importancia alergológica de los panalérgenos radica en la posibilidad de que condicionen reactividad cruzada, es decir, reacción alérgica frente a organismos diversos no emparentados de forma cercana.

En los últimos años se han caracterizado otros alérgenos presentes tanto en crustáceos como moluscos, como la arginina kinasa (AK), la cadena ligera de miosina (MLC), la hemocianina o una proteína sarcoplásmica fijadora de calcio (aunque en este último caso la similitud de la molécula encontrada en crustáceos con la encontrada en moluscos es más escasa, tan sólo de 15-21%, por lo que parece que estaría involucrada principalmente en la reactividad cruzada solo entre crustáceos),  entre otras.

Los mariscos son una de las causas más frecuentes de reacciones alérgicas a alimentos. Aunque, con carácter general, sus síntomas no difieren cualitativamente de los presentados  en casos de alergia a otros alimentos, se caracterizan por ser causantes de más reacciones graves comparados con otros alimentos, incluida la anafilaxia. Además, los síntomas de alergia a mariscos pueden desencadenarse no solamente por la ingesta, sino también por la simple exposición a vapores en el acto de la cocción, tanto en el ámbito laboral (alergia ocupacional) como en el doméstico: en tales casos, las manifestaciones suelen ser cutáneas o respiratorias.

shrimp-file000552150769

Aunque puede existir reactividad cruzada entre los alérgenos de mariscos, no hay muchos estudios que que aborden este tema, por lo que no sabemos con precisión en qué porcentaje realmente existe. Alguno de los estudios poblacionales realizados (mediante encuesta) concluyó que un 14% de las personas que padecían alergia a crustáceos o moluscos tenían, además, reacciones con el otro grupo de mariscos.

Además, puede existir reacciones cruzadas con otras especies no emparentadas. En algunos casos se ha constatado alergia a crustáceos en personas que padecían alergia (respiratoria) a los ácaros del polvo, debida a la similitud de la tropomiosina (que en el ácaro Dermatophagoides pteronyssinus recibe el nombre de Der p 10) de unos y otros, aunque la relevancia clínica de esta circunstancia todavía no está del todo clara (parece que, en cualquier caso, la tropomiosina de los ácaros no es un alérgenos mayoritario de esta especie, debido probablemente a su escasa cantidad en el músculo del ácaro, por lo que no muchas personas estarían sensibilizadas con repercusión clínica frente a este alérgeno.

Informe 2015 de la Organización Mundial de la Salud sobre la Epidemia Global del Tabaquismo

Durante este mes de julio que hoy termina se ha hecho público el informe correspondiente a 2015 de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la Epidemia Global del Tabaquismo (concretamente, se presentó en Manila, Filipinas, el día 7). Es el quinto informe sobre la materia emitido por esta organización (el primero data de 2008, y después de ese ha habido uno por cada año impar), e incluye datos epidemiológicos específicos por países, en esta ocasión actualizados en 2014.

Además, este informe hace especial énfasis en los impuestos que gravan el tabaco, y hace un detallado análisis de los impuestos sobre el tabaco de los distintos estados miembros de la OMS. Con base en evidencia obtenida en países como Francia o China, se destaca que un más elevado precio final a pagar por el consumidor para obtener el tabaco se relaciona con una disminución de la prevalencia del hábito tabáquico (es decir, cuanto más caro, más personas terminan dejándolo y/o menos personas se inician en su consumo) y con una disminución de los daños que para la salud supone su consumo (tales como muertes por cáncer de pulmón y otras enfermedades respiratorias y cardiovasculares). Las enfermedades relacionadas con el tabaco representan una de las principales amenazas para la salud pública a las que el mundo se ha enfrentado jamás. Aproximadamente 1 persona muere a causa de una enfermedad relacionada con el tabaco cada 6 segundos, lo que equivale a alrededor de 6 millones de personas al año; cifra que se prevé que aumente a más de 8 millones de personas al año en 2030, a menos que se tomen medidas enérgicas para controlar la epidemia. Por ello, el control de la epidemia es un asunto urgente y de extrema importancia, y el informe de la OMS propone a los poderes públicos de los distintos países miembros centrar la atención en una serie de medidas:

– Medir de forma precisa y constante el consumo de tabaco y los efectos de las políticas de prevención.
– Proteger a las personas del humo del tabaco que emiten los fumadores.
– Ofrecer ayuda, desde cuantas más instituciones mejor, incluyendo, obviamente, los servicios sanitarios, para abandonar el consumo de tabaco.
– Advertir a la población sobre los peligros del tabaco: cualquier esfuerzo o gasto dirigido a aumentar el conocimiento del problema y a modificar actitudes revierte positivamente en forma de mejora de la salud de la población.
– Hacer cumplir las prohibiciones sobre el tabaco (referidas a distribución, venta, publicidad y restricciones de consumo).
– Y, como apuntábamos arriba, aumentar los impuestos sobre el tabaco («Aumentando los impuestos sobre el tabaco» es, precisamente, el subtítulo del informe de este año, y podríamos considerarlo, igualmente, el lema del mismo).

Puedes acceder al informe completo (en inglés) pulsando sobre su portada:

who informe tabaco

Aparte de las medidas reseñadas arriba, en varios países se está explorando la idea de homogeneizar las cajetillas de tabaco, prohibiendo en ellas cualquier distintivo que pueda hacer referencia, y, por tanto, recordar, a las marcas concretas, evitando logotipos, mensajes o ilustraciones singulares, para que tal información no pueda funcionar como reclamo.

Con base en esta idea, está circulando por Twitter una imagen (bajo el título «Diseño de paquetes bien hecho«) que, a pesar de que puede resultar macabra (o quizás precisamente por ello), nos parece acertada. Lamentamos no poder ofrecer la referencia de su autor, pues no la hemos encontrado, pero estaremos encantados de incorporarla si alguien puede proporcionárnosla:

ataudes tabaco