El alérgeno del mes: La Para-fenilendiamina

La Para-fenilendiamina (PPD), también llamada p-fenilendiamina o 1, 4 diaminobenceno, es una molécula con muchas aplicaciones industriales: especialmente (aunque no de forma exclusiva), en cosmética.

Se trata de una sustancia de escasa toxicidad y con capacidad de conservar su estabilidad incluso en entornos de elevadas temperaturas. Aunque en origen es incolora, adquiere color una vez que se expone al oxígeno. Por este motivo, se utiliza con frecuencia (la propia sustancia, o derivados, o moléculas similares) en la industria de impresión, fotocopiado, fotografías o litografías (formando parte de tintas), en la industria textil (en la que hay diversos colorantes con estructura similar, como los colorantes de anilina o azoicos: Disperse Orange 3, Disperse Yellow 3, y otros…), del caucho (isopropil-n-fenil-, ciclohexil- y difenil-parafenilendiaminas) y en la industria cosmética (3-aminofenol, 4-aminofenol, paratoluendiamina, diaminotoluensulfato). También hay algunos medicamentos que incluyen en us estructura una molécual similar: son los medicamentos conocidos como grupo «para-» (derivados del ácido para-aminobenzoico o PABA, usado como protector solar,  sulfonamidas y anestésicos locales como la benzocaína).  Debido a esta similitud molecular, las personas que han desarrollado alergia a la parafenilendiamina pueden reaccionar también a alguna o algunas de esas otras sustancias.

En el ámbito concreto de la cosmética, la parafenilendiamina es un ingrediente común en los tintes capilares permanentes (donde resulta muy apreciado, ya que produce un color uniforme que no se desvanece fácilmente con el lavado y secado del pelo), así como en los tintes para tejidos, piel y maquillaje oscuro.

La alergia a este compuesto no es una alergia mediada por IgE, como ocurre en el caso de pólenes u otras proteínas, sino una alergia mediada por células, que suele manifestarse como dermatitis de contacto.

El número correspondiente a febrero de la revista Journal of Investigative Dermatology incluye un estudio epidemiológico que analiza la prevalencia de alergia de contacto por parafenilendiamina en la población general europea. Se llama, precisamente, Prevalence of Contact Allergy to p-Phenylenediamine in the European General Population, y se trata de un estudio multicéntrico en el que han participado autores de diversos países europeos (Alemania, Suecia, Italia, Países Bajos y Portugal). Obviamente, no es fácil conocer la prevalencia de una alergia de este tipo en la población general, ya que no se trata de pruebas que se hagan indiscriminadamente, pero estos autores tuvieron la idea de entrevistar a 10.425 personas de esos cinco países sobre la presencia de factores de riesgo y de hacer pruebas para detectar la sensibilización a parafenilendiamina (pruebas del parche) a una muestra de 2.739 de ellos.

¿Cuáles pueden considerarse factores de riesgo de sensibilización a este producto? Todos aquellos comportamientos o situaciones que puedan implicar contacto persistente o reiterado con esta sustancia o con sustancias de estructura similar. Eso comprende, por supuesto, trabajar con estos colorantes en alguno de los sectores industriales citados (en tal caso, podría tratarse de una alergia ocupacional), pero también el empleo de algún tinte o colorante de uso personal que los incluya en su composición. De hecho, la utilización de colorantes para el pelo alguna vez en la vida, y específicamente durante los últimos 12 meses, fueron algunas de las preguntas que incluía la encuesta que se pasó a los participantes en el estudio. Otro de los antecedentes que se investigó de forma expresa fue la utilización de tatuajes de henna negra.

Existe la percepción generalizada entre los expertos de que la alergia a parafenilendiamina está aumentando. Algunos autores lo atribuyen al hecho de que cada vez se utilicen más tintes para el cabello, así como otros productos cosméticos. Al parecer, la creciente preocupación por la imagen corporal hace que cada vez más personas, incluso entre los varones, y cada vez más jóvenes, empleen este tipo de productos. Además, no es raro que se prueben diversas marcas y colores, incluso cambiándolos con frecuencia, pues la coloración artificial del cabello no necesariamente se intenta llevar con discreción, sino que, a veces, se emplea como un ornamento corporal más.

Los autores del estudio al que nos hemos referido antes encontraron que algo más de la mitad de los sujetos entrevistados (50,9 %) referían haber utilizado tintes para el cabello alguna vez en su vida (aproximadamente 78 % de ellos eran mujeres, y el resto varones), y 35 % los habían utilizado en los últimos 12 meses: como puede verse, un porcentaje importante de la población. La prevalencia de alergia de contacto a PPD, constatada mediante la realización de pruebas, fue de un 0,8 %; y no encontraron clara relación con el género ni con el antecedente de utilización de tintes para el cabello.

Sin embargo, estos autores sí encontraron una muy clara asociación de la presencia de alergia de contacto a PPD con el antecedente de tener o haber tenido un tatuaje de henna negra. La prevalencia de alergia a PPD en este grupo fue de 2,3 %; y cuando se comparó el riesgo de estas personas de padecer alergia a PPD con el de las personas de su mismo género y grupo de edad, se encontró que la utilización de henna negra en tatuajes aumentaba el riesgo de padecer alergia a PPD de un modo muy claro (la odds ratio para este grupo, una medida que permite hacer una estimación del riesgo, fue de 9,33).

Ya hablamos en este blog de la henna negra y su condición de factor de riesgo para la alergia a parafenilendiamina en nuestra entrada correspondiente al 11 de junio del año pasado («Las autoridades sanitarias advierten de riesgos de alergia por tatuajes de henna negra«), por lo que a los lectores habituales de este blog no les sonará a nuevo. Pero este nuevo trabajo lo confirma, y lo destaca como una de sus principales conclusiones: los tatuajes de henna negra son un factor de riesgo importante para el desarrollo de alergia a parafenilendiamina.

Este trabajo, sin embargo, no encontró un aumento significativo de alergia a PPD en personas cuyo factor de riesgo era únicamente la utilización de tintes para el cabello (u otros colorantes empleados en cosmética) como consumidores personales. Sí encontraron, sin embargo, que cuando la persona entrevistada refería haber experimentado en el pasado alguna reacción de intolerancia a algún tinte para el cabello, la prueba frente a PPD resultaba positiva con mucha mayor probabilidad, confirmando algo que ya sabíamos: que muchas de las reacciones de intolerancia a tintes para el cabello están causadas por una reacción a la parafenilendiamina o a compuestos de composición similar.

Si quieres leer el artículo completo (en inglés), pulsa sobre la imagen:

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