El Ayuntamiento de Madrid propone la sustitución de especies vegetales alergénicas

Existen especies vegetales muy apreciadas como plantas ornamentales en parques y jardines urbanos que se han demostrado muy alergénicas. El polen de las cupresáceas (entre las que están las arizónicas, que son las que suelen utilizarse para constituir setos) y el del plátano de sombra (por no hablar del césped, tan ubicuo) están entre los pólenes que con más frecuencia producen alergia respiratoria en España: dando lugar a rinoconjuntivitis o asma bronquial (fundamentalmente) e, incluso, a veces, pudiendo condicionar síntomas cutáneos.

Por ese motivo, los alergólogos pensamos que es razonable optar, a la hora de diseñar los espacios verdes de nuestras ciudades, por otras especies que no produzcan tantos problemas de salud a la población.

El Ayuntamiento de Madrid, cuya actual corporación cumplió precisamente ayer un año de gobierno, propone a la población que se pronuncie sobre la sustitución de las plantas que provocan «alergia masiva» por otras. Concretamente, se trata de la propuesta MAD-2016-06-11736 de la sección Decide Madrid de su página web:

Concretamente, ésta es la propuesta: «Sustituir las especies arbóreas que están causando la pandemia alérgica cada año por otras, en concreto el PLATANO DE SOMBRA que supone un 25% de la árboleda (unos 73.000 ejemplares).»

Como puede verse, se centra en el plátano de sombra: el Platanus hispanica, un árbol de la familia de las platanáceas al cual dedicamos nuestra sección «El Alérgeno del Mes» correspondiente al mes de marzo de 2015. Allí ya destacábamos algunas de las características por las que es tan apreciado en los parques y jardines de nuestras ciudades: crece bien en zonas templadas; es muy longevo y resiste muy bien la contaminación de las ciudades; soporta muy bien las podas; y, además, aunque es un árbol de hoja caduca, en sus ramas altas puede alcanzar gran frondosidad en verano, lo que hace que proporcione una sombra muy agradable en los días calurosos (de ahí su nombre: plátano de sombra). El texto que aparece en la sección Decide Madrid (firmado por Ramón Llorente) nos aporta otra razón por la que se plantaron en su día en esta ciudad: su barato precio.

Nos parece una idea excelente que se someta a consideración de la población esta propuesta. Es, sin duda, una forma de participación directa en la toma de decisiones que afectan al gobierno de la ciudad. Sin embargo, para poder decidir con conocimiento de causa, lo ideal sería que la oblación tuviera información adecuada sobre la cuestión que se está considerando. Y en este punto es donde nos parece que la página de Decide Madrid se queda corta.

Porque quien padece alergia respiratoria por sensibilización al plátano de sombra sabe, de primera mano, de lo que estamos hablando. Pero quizás quien no la padece pueda no tenerlo tan claro.

La prevalencia de sensibilización al plátano de sombra entre los pacientes con polinosis residentes en Madrid, constatada mediante positividad en test cutáneos, puede alcanzar el 50 % (¡uno de cada dos!).

Decíamos arriba que esta condición se manifiesta predominantemente en forma de rinoconjuntivitis alérgica y asma bronquial. Prestemos solamente atención al asma bronquial, cuya carga en términos económicos para la sociedad está mejor estudiada que en el caso de la rinoconjuntivitis. En octubre de 2009 se publicaban en la revista Archivos de Bronconeumología los resultados de un estudio dedicado precisamente a medir estos costes, titulado «Coste económico del paciente asmático en España (estudio AsmaCost)«. El trabajo abordaba la evaluación de los costes desde dos perspectivas: a) la de la sociedad, para lo cual se cuantificaron tanto los costes sanitarios directos (por tratamientos farmacológicos, consultas médicas, visitas a urgencias, hospitalizaciones y pruebas diagnósticas) como los no sanitarios directos (por desplazamientos a las consultas, a urgencias, al hospital) e indirectos (los relacionados con la pérdida de la capacidad productiva del individuo o por absentismo laboral), y b) la del Sistema Nacional de Salud, para lo cual se cuantificaron únicamente los costes sanitarios directos.

No resulta sorprendente constatar que las variables que más claramente se relacionaba con el coste era la gravedad del asma (el asma intermitente tenía un coste menor, y el asma grave suponía un coste mucho mayor) y la edad del paciente (a mayor edad, mayor coste, probablemente en relación con otras enfermedades concomitantes). En nuestra opinión, los costes indirectos de esta enfermedad están subestimados, pues aspectos como la pérdida de productividad laboral no pudieron medirse de forma fehaciente, y tan sólo se estimaron. En cualquier caso, los resultados son similares a los obtenidos en otros estudios parecidos, y las medias oscilaban entre 853 euros por persona y año para un asma intermitente en pacientes menores de 65 años y 3.068 euros anuales por persona y año para un asma grave en pacientes mayores de 65 años.

Y esas cifras (que, insistimos, nos parecen subestimadas) no incluyen el sufrimiento humano, el daño moral que toda enfermedad supone para quien la padece y para sus familiares y allegados.

El polen del plátano de sombra, en Madrid, está influyendo de un modo muy significativo en estos costes.

A cambio, crece rápido, soporta muy bien la contaminación, y proporciona una sombra agradable en verano.

Pero… ¿barato? Según cómo se mire, no lo parece tanto.

¿Desean ustedes votar? (pulsen, en tal caso, sobre la imagen):

platano de sombra