Con motivo de haber conocido la aparición en algunos medios de comunicación de una información diciendo que la leche de cabra puede ser una alternativa para los niños alérgicos a proteínas de leche de vaca, la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) ha informado de forma expresa este mes que está contraindicada la leche de cabra o productos derivados de la misma para la alimentación de niños alérgicos a la leche de vaca debido a que ambas leches comparten muchas proteínas, y el consumo de leche de cabra por parte de personas alérgicas a la leche de vaca puede provocar reacciones alérgicas que pueden llegar a ser de extrema gravedad.
En efecto, existen múltiples proteínas diferentes en la leche de vaca, más de 40, y cualquiera de ellas puede ser la responsable de la alergia, si bien no todas, por supuesto, tienen la misma relevancia desde el punto de vista epidemiológico: los alérgenos predominantes en la leche (los más frecuentemente responsables de la alergia) son las caseínas, la beta-lactoglobulina y la alfa-lactoalbúmina. La leche de otros mamíferos contiene proteínas con estructuras y propiedades biológicas similares a las de la leche de vaca, y, por tanto, puede producir reacciones cruzadas. La homología de proteínas es muy alta con la leche de oveja y de cabra (80-90 %): de hecho, cuantificadas en conjunto, la leche de cabra y la leche de oveja tienen incluso más cantidad (proporcionalmente, medida en gramos por litro) de esas proteínas alergénicas mencionadas arriba que la leche de vaca. El siguiente cuadro, tomado del trabajo Aspectos nutricionales de la leche de cabra y sus variaciones en el proceso agroindustrial, de Chacón Villalobos (publicado en Agronomía Mesoamericana en 2005), muestra una comparación de la composición de esta leche con la de vaca y la humana:
Es por eso que la mayoría de los pacientes con alergia a las proteínas de la leche de vaca tampoco toleran estos tipos de leche: en el caso concreto de la leche de cabra, nada menos que un 92 % de los pacientes con alergia a las proteínas de la leche de vaca no la toleran.
Por ello, es aconsejable evitar esta leche y sus derivados (como el queso de cabra) si se padece alergia a las proteínas de la leche de vaca. De hecho, así lo vienen advirtiendo reiteradamente las sociedades científicas como la SEICAP en sus documentos de posicionamiento y en sus guías clínicas.
Si quieres conocer con detalle la composición de la leche de cabra, pulsa sobre la imagen (se trata del cuadro Ordeñando la cabra, del artista griego Nikolaos Vokos):