Si te han prescrito un autoinyector de adrenalina, has de tener en cuenta que no debes tirarlo a la basura, ni siquiera cuando haya caducado o haya sido usado. Los medicamentos nunca deben tirarse a la basura ni por el desagüe, pues son sustancias que pueden perjudicar el medio ambiente. Pero, además, estos aparatos incluyen una aguja que, para mayor riesgo, está vinculada a un mecanismo de resorte que la dispara bruscamente: por eso, su manipulación puede suponer un riesgo para otros miembros de la familia, o para las personas que trabajan en la recogida de basuras.
La primera medida para evitar daños personales es asegurarnos de que la aguja está dentro de su carcasa protectora. Una vez tomada esa precaución, una opción razonable para desprendernos del aparato es consultar en una farmacia. Generalmente, las farmacias tienen posibilidad de gestionar sus residuos del modo más seguro y menos contaminante posible, y pueden aceptar hacerse cargo de tu dispositivo.
Otra posibilidad es llevarlo a la consulta de tu alergólogo. Tu especialista también podrá disponer de él de forma segura, junto con otros residuos sanitarios. Y, además, si el aparato ha sido usado o está caducado, conseguir otro nuevo es urgente.