Archivo de la categoría: Alergopedia

Síndrome de skeeter

Síndrome de skeeter es el nombre que algunos autores (especialmente, autores angloparlantes) dan a la alergia a la picadura de los mosquitos (skeeter no es un nombre propio, sino un vocablo que se utiliza de manera informal en algunas zonas de norteamérica para referirse a los mosquitos).

El mosquito es un parásito que se alimenta de sangre del ser humano y otros vertebrados. En realidad, solamente el mosquito hembra se alimenta de sangre, y necesita hacerlo para producir huevos.

Cuando el mosquito hembra pica la piel humana, clava su trompa (cuyo nombre técnico es probóscide) hasta alcanzar un vaso sanguíneo. Allí, inyecta su saliva, la cual contiene varias proteínas que impiden la coagulación de la sangre: si no fuera así, la sangre podría coagularse en el interior de su trompa, obstruyéndola.

Culex_pipiens_2007-1

Estas proteínas presentes en la saliva del mosquito, las cuales aún en personas que no padecen alergia suelen dar lugar a reacciones inflamatorias, tienen también carácter alergénico, es decir, pueden dar lugar a una alergia. La alergia a la picadura del mosquito suele manifestarse como reacciones locales muy intensas; tanto, que por su aspecto fácilmente pueden confundirse con una infección de la piel, la cual recibe el nombre de celulitis.

Para referirse a la alergia a la picadura de los mosquitos, por sensibilización a los polipéptidos (proteínas) presentes en su saliva, se ha propuesto, como referíamos arriba, el nombre de síndrome de skeeter. Su manifestación más frecuente es la gran inflamación local que aparece como consecuencia de la picadura, en la que hay una intensa tumefacción de la zona, con elevación de temperatura, enrojecimiento, y dolor. Por medio de la inspección (observación) y palpación es imposible distinguir estas reacciones de las que se podrían producir en caso de infección de la piel (además, el rascado podría dar lugar a una infección sobreañadida, lo cual, lógicamente, complicaría la evolución). Puesto que, generalmente (y a diferencia del caso de los himenópteros, cuya picadura es dolorosa desde el instante en que se produce), el momento de la picadura del mosquito puede pasar desapercibida, pues además suele ser indolora (¡de otra forma, las hembras no podrían alimentarse de sangre!), no es fácil determinar el intervalo de tiempo exacto que puede ocurrir entre la picadura y la aparición de la reacción. Además, eso también contribuye a que la causa no siempre se identifique, y por eso no se sabe con certeza cuál es la prevalencia (es decir, la frecuencia en la población) de la alergia a mosquito, aunque no es frecuente.

Además de la inmunoglobulina IgE, implicada en las reacciones alérgicas que llamamos “de hipersensibilidad inmediata”, otra inmunoglobulina, la IgG (especialmente IgG4 e IgG1) parece desempeñar un papel importante en el desencadenamiento de estas reacciones. Se ha comprobado en laboratorio que los niveles de IgE y de IgG en sangre se correlacionan con la intensidad clínica de la reacción.

Aunque no puede descartarse la posibilidad de una anafilaxia, no es una manifestación frecuente: es más frecuente que la reacción consista en una intensa inflamación local que, a veces, puede incluso acompañarse de fiebre.

Urticaria.

La urticaria es una reacción en la piel, generalmente de instauración rápida (habitualmente en minutos), que consiste en la aparición de ronchas (manchas sobreelevadas con un color variable de rosado a rojo) en número múltiple y en distintas zonas del cuerpo. Las ronchas (cuyo nombre técnico es “habones”) tienen formas y tamaños variados; pueden ser alargadas o redondeadas, o pueden incluso tener formas caprichosas. Suelen tener una coloración más clara en su zona central, incluso pálida, con bordes más enrojecidos; y es típico que, cuando se presiona sobre la zona enrojecida, pierde momentáneamente su coloración rojiza, que vuelve a instaurarse cuando cede la presión. Los habones o ronchas se acompañan de intenso picor, y característicamente aparecen y desaparecen en intervalos de tiempo irregulares. En los casos en que desaparecen, lo hacen sin dejar rastro alguno: no queda cicatriz en la piel, no queda mancha, … Salvo complicaciones, no queda vestigio de que allí hubo, una vez, una roncha.

urticaria-wikipedia

La llamada urticaria aguda es la aparición repentina, por toda la superficie corporal o por una extensión amplia de la misma, de una erupción como la descrita, que se acompaña de picor. Es un cuadro muy frecuente, hasta el punto de que se ha estimado que una de cada cinco personas de la población general ha sufrido un episodio de urticaria aguda alguna vez en su vida. No es raro interpretarla como una reacción alérgica, y, aunque a veces efectivamente es así, en la mayor parte de las ocasiones no podemos averiguar cuál ha sido la causa real de una urticaria aguda. No obstante, si desaparece, con o sin tratamiento, para no volver a aparecer, no suele dársele más importancia (salvo los casos infrecuentes en que haya puesto sobre la pista de una posible alergia, situación en la que el médico valorará si resulta procedente poner en marcha un estudio para confirmarla o descartarla).

Por el contrario, hay veces en que la erupción persiste en el tiempo, o bien desaparece total o parcialmente para reaparecer reiteradamente y con frecuencia. Si esa situación persiste durante más de seis meses, hablamos de urticaria crónica.

La urticaria crónica, entonces, es un tipo de urticaria en que aparecen frecuentemente, o persisten, lesiones habonosas (ronchas) en múltiples zonas de la piel durante un periodo superior a seis semanas (es decir, al menos un mes y medio). Siendo un poco más precisos, suele utilizarse esta denominación para los cuadros en que las lesiones son persistentes o aparecen con frecuencia prácticamente a diario, mientras que si reaparecen con frecuencia pero manteniendo entre una crisis y otra intervalos libres de síntomas de días o semanas de duración, entonces hablamos de urticaria recurrente.

En una gran mayoría de los casos de urticaria crónica, no se consigue encontrar la causa. Los médicos le ponemos entonces el apellido de “idiopática“: una urticaria crónica idiopática es, simplemente, una urticaria crónica a la cual no se le ha podido encontrar causa. Son la gran mayoría.

A veces, hay urticarias en las que los habones aparecen en relación con estímulos físicos de índole variada: presión, frío, calor, vibración, … Son las llamadas urticarias físicas.