Radiografía de tórax en las descompensaciones asmáticas: No necesariamente

La Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc), coincidiendo con su 36º Congreso, celebrado en La Coruña la semana pasada, ha presentado el último de los documentos que ha elaborado dentro del proyecto Compromiso por la Calidad de las Sociedades Científicas, auspiciado por el Ministerio de Sanidad, y que recoge algunas nuevas recomendaciones de «no hacer» como la que comentábamos ayer, en esta ocasión referidas a situaciones de urgencias. La Semfyc se pronuncia sobre la actuación en urgencias porque entiende que el médico de familia no puede permanecer ajeno a este área de ejercicio, en la que hay que tomar decisiones rápidas, a veces en pacientes con elevado grado de complejidad y frecuentemente en riesgo vital o con posibilidad de secuelas permanentes, y cuyo peso en el programa formativo de la especialidad representa una parte muy importante.

Entre las quince nuevas recomendaciones de no hacer que la Semfyc propone para la actuación en urgencias, hay una que nos interesa especialmente, pues se refiere a la realización de radiografías en las crisis de asma o descompensaciones asmáticas, las cuales generan un gran número de visitas a los servicios de urgencias. La propuesta de la Semfyc es que no se debe realizar una radiografía de tórax de forma sistemática cada vez que un paciente acuda a urgencias con una descompensación asmática, ya que en los casos de agudización asmática, el resultado de esta prueba no suele llevar a cambiar la conducta clínica. Se aconseja pedirla sólo ante una crisis grave que no responde al tratamiento estándar, una crisis sin evaluación radiológica previa, la sospecha de cuerpo extraño o la sospecha de neumonía o de complicaciones como atelectasia o neumotórax.

Porque, en medicina, pedir pruebas tiene sentido cuando se espera que el resultado de las mismas influya, de alguna forma, en la actuación clínica.

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