Dibujos animados y modelos de conducta: supervisar lo que comen, supervisar lo que ven.

«Jaime Tentáculos» (Jamie’s Got Tentacles) es una serie de dibujos animados de la compañía francesa SAMKA Productions, basada en el libro infantil homónimo de Julien Bizat y Aurore Damant y dirigida al público infantil. El pasado 19 de julio, el canal Clan de RTVE la estrenó catalogándola para mayores de cinco años.

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Menos de dos meses después de su estreno, el capítulo titulado «El gran convite«, emitido el 15 de septiembre, ha sido retirado por la cadena debido a las protestas de decenas de padres y madres de niños alérgicos. En ese episodio, uno de los protagonistas de la serie se come una fresa a sabiendas de que es alérgico a esa fruta, con el objetivo de enfermar para retener a su lado a sus padres, los cuales planeaban viajar lejos de él. La consecuencia de la ingesta es, como cabía esperar (como el propio personaje transgresor esperaba), una reacción alérgica.

Resulta evidente que la ingesta voluntaria de alimento al que el personaje se sabe alérgico es una incongruencia que necesariamente desconcertará a los niños que padecen alergias alimentarias, los cuales día tras día son instruidos y motivados por sus padres y cuidadores para evitar radicalmente, dentro de sus posibilidades, los alimentos que pueden resultarles nocivos. La indignación de los progenitores que constatan que se proporciona a sus hijos ese mensaje tan inadecuado (ingerir voluntariamente el alérgeno buscando caer enfermo para conseguir beneficios secundarios, como un chantaje emocional a personas cercanas) es perfectamente lógica: es la constatación de que no sólo deben vigilar lo que sus hijos comen, sino también lo que ven, pues los mensajes que les llegan desde diversos medios de comunicación pueden ser, como en el caso que nos ocupa, manifiestamente inadecuados.

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Al parecer, la escena del capítulo en cuestión no sería la primera vez que en esta serie se aborda la enfermedad alérgica con frivolidad, pues en otro episodio el protagonista se provoca a sí mismo una reacción alérgica para desencadenar la hilaridad de un amigo. El peligro de que personajes tan irresponsables puedan constituirse en modelos de conducta para niños cuya personalidad está todavía en desarrollo es relevante. Pedir que en los mensajes destinados a los niños se extreme la precaución para no alentar conductas indeseables o imprudentes no es una demanda caprichosa.