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Síndrome de skeeter

Síndrome de skeeter es el nombre que algunos autores (especialmente, autores angloparlantes) dan a la alergia a la picadura de los mosquitos (skeeter no es un nombre propio, sino un vocablo que se utiliza de manera informal en algunas zonas de norteamérica para referirse a los mosquitos).

El mosquito es un parásito que se alimenta de sangre del ser humano y otros vertebrados. En realidad, solamente el mosquito hembra se alimenta de sangre, y necesita hacerlo para producir huevos.

Cuando el mosquito hembra pica la piel humana, clava su trompa (cuyo nombre técnico es probóscide) hasta alcanzar un vaso sanguíneo. Allí, inyecta su saliva, la cual contiene varias proteínas que impiden la coagulación de la sangre: si no fuera así, la sangre podría coagularse en el interior de su trompa, obstruyéndola.

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Estas proteínas presentes en la saliva del mosquito, las cuales aún en personas que no padecen alergia suelen dar lugar a reacciones inflamatorias, tienen también carácter alergénico, es decir, pueden dar lugar a una alergia. La alergia a la picadura del mosquito suele manifestarse como reacciones locales muy intensas; tanto, que por su aspecto fácilmente pueden confundirse con una infección de la piel, la cual recibe el nombre de celulitis.

Para referirse a la alergia a la picadura de los mosquitos, por sensibilización a los polipéptidos (proteínas) presentes en su saliva, se ha propuesto, como referíamos arriba, el nombre de síndrome de skeeter. Su manifestación más frecuente es la gran inflamación local que aparece como consecuencia de la picadura, en la que hay una intensa tumefacción de la zona, con elevación de temperatura, enrojecimiento, y dolor. Por medio de la inspección (observación) y palpación es imposible distinguir estas reacciones de las que se podrían producir en caso de infección de la piel (además, el rascado podría dar lugar a una infección sobreañadida, lo cual, lógicamente, complicaría la evolución). Puesto que, generalmente (y a diferencia del caso de los himenópteros, cuya picadura es dolorosa desde el instante en que se produce), el momento de la picadura del mosquito puede pasar desapercibida, pues además suele ser indolora (¡de otra forma, las hembras no podrían alimentarse de sangre!), no es fácil determinar el intervalo de tiempo exacto que puede ocurrir entre la picadura y la aparición de la reacción. Además, eso también contribuye a que la causa no siempre se identifique, y por eso no se sabe con certeza cuál es la prevalencia (es decir, la frecuencia en la población) de la alergia a mosquito, aunque no es frecuente.

Además de la inmunoglobulina IgE, implicada en las reacciones alérgicas que llamamos “de hipersensibilidad inmediata”, otra inmunoglobulina, la IgG (especialmente IgG4 e IgG1) parece desempeñar un papel importante en el desencadenamiento de estas reacciones. Se ha comprobado en laboratorio que los niveles de IgE y de IgG en sangre se correlacionan con la intensidad clínica de la reacción.

Aunque no puede descartarse la posibilidad de una anafilaxia, no es una manifestación frecuente: es más frecuente que la reacción consista en una intensa inflamación local que, a veces, puede incluso acompañarse de fiebre.

¿Puedo hacer algo para evitar las picaduras de los mosquitos?

Si te interesó nuestra entrada de ayer sobre la alergia a los mosquitos, probablemente te gustará profundizar en la información sobre las posibilidades de evitar sus picaduras.

Con carácter general, existen una serie de medidas a adoptar para dificultar el crecimiento de la población de mosquitos en la zona. El ciclo vital del mosquito incluye una fase de larva que debe vivir en el agua. Suelen elegir recipientes pequeños, al aire libre, donde el agua está estancada y no se renueva durante días. Las hembras ponen sus huevos en las paredes de tales recipientes, y cuando el agua sube (por ejemplo, por la lluvia) salen las larvas. Latas abandonadas, maceteros vacíos, jarrones para flores en exteriores, … ese tipo de recipientes son ideales para ellos. Resultan especialmente peligrosos, por este motivo, los neumáticos usados cuando se encuentran almacenados de forma descuidada en patios u otros terrenos, pues se comportan como recipientes para el agua de lluvia, que, puesto que se trata de una estructura impermeable, puede permanecer en su interior por tiempo indefinido. Se ha constatado, por ejemplo, que las formas de almacenamiento, transporte y reciclaje de estos neumáticos está muy relacionada con la extensión del mosquito tigre, del cual hablábamos ayer.

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Es, por ello, importante vigilar para evitar que existan en las cercanías de las viviendas recipientes, como los descritos, donde el agua pueda permanecer sin ser vaciada o recambiada como mínimo cada semana.

Respecto a los mosquitos adultos, para evitar las picaduras es recomendable, siempre que sea posible, evitar los lugares húmedos y calurosos, donde preferentemente proliferan. Una medida útil es instalar telas mosquiteras de rejilla en las ventanas. Algunas de ellas se comercializan impregnadas de insecticidas como la permetrina, que tiene un efecto residual sobre la tela y de ese modo aumenta su eficacia, al impedir que el mosquito pueda picar a través de los orificios de la malla o encontrar por dónde penetrar a través de ella.

Respecto a la ropa, cuanto más cubierto llevemos el cuerpo menos posibilidades tendremos de sufrir una picadura. Como vimos ayer, el mosquito tigre puede picar a través de algunos tipos de tejido, pero generalmente se trata de ropa fina que está en contacto directo con el cuerpo: no es previsible que atraviesen otro tipo de tejidos.

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También los insecticidas y repelentes de mosquitos resultan útiles. En interiores, los insecticidas en spray pueden ser útiles, pero tienen el inconveniente de que su efecto dura poco, de forma que, si la habitación va a mantenerse abierta al exterior, no evitan que entren insectos después de su uso. Por ello, para dormir con la ventana abierta en meses calurosos es preferible utilizar dispensadores que, conectados a un enchufe de electricidad, se comportan como difusores o vaporizadores, permitiendo que el insecticida se vaya liberando de forma continua durante la noche. La forma recomendada de utilizarlos es enchufarlo una media hora antes de dormir, y mantenerlo enchufado durante el sueño con las ventanas abiertas. No se aconseja mantenerlo enchufado durante el sueño, por el contrario, si se va a dormir con las ventanas cerradas.

Las lociones repelentes, aunque no hacen daño al insecto, disimulan nuestro olor y evitan que nos identifiquen como víctimas.  Los productos más frecuentemente utilizados suelen incluir N,N-dietil-meta-toluamida (abreviado DEET), sustancia que ha demostrado eficacia al ser aplicada en las zonas de piel expuesta o en las prendas de vestir.

Generalmente, los productos que contienen DEET están pensados para un uso esporádico y no continuado, pues esta sustancia puede resultar irritante para la piel; en algunas personas, se han visto reacciones importantes, especialmente en niños pequeños (por ello, por precaución se aconseja evitar su uso en niños menores de dos años de edad) o con pieles sensibles, como dermatitis atópica. Por su carácter irritante, no se debe aplicar sobre la piel si hay en ella alguna herida, y hay que adoptar precauciones para que no entre en contacto con mucosas, como los labios o los ojos (si entrara en contacto con los ojos, hay que lavarlos con agua abundante lo antes posible). Debe mantenerse alejado, también, de los alimentos y del agua de bebida. Por otra parte, en algunas personas que han estado expuestas de modo muy prolongado a DEET se ha constatado un aumento de casos de insomnio, pero, como decíamos antes, no es un producto concebido para ser utilizado de forma continuada, ni muy a menudo. Otra circunstancia que hay que tener en cuenta es que puede deteriorar los objetos de plástico si entra en contacto directo con ellos, pues se comporta como disolvente, dejándoles marcas.

Existen, también, algunos productos naturales cuyos olores han demostrado cierto efecto repelente para los mosquitos, como eucalipto, aceite de citronella, linalol o geraniol: en ellos suelen basarse los remedios caseros clásicos para espantar a los mosquitos (por ejemplo, el geraniol es un aceite que se encuentra presente en el limón), pero las personas alérgicas no deben confiar toda su protección a estos remedios, pues no siempre resultan satisfactoriamente útiles.

En cualquier caso, si tus reacciones frente a las picaduras de mosquito son especialmente intensas, como señalábamos ayer, debes consultar con un alergólogo, pues podrías necesitar medidas adicionales.

El Servicio de Control de Mosquitos del Baix de Llobregat ha elaborado una página web, dedicada concretamente al mosquito tigre, que ofrece información en profundidad sobre este insecto y algunas de las medidas preventivas para evitarlo: se llama «Al mosquito tigre, ni agua«, y os aconsejamos visitarla.