Las enfermedades alérgicas no son contagiosas

El Diccionario de la Lengua de la Real Academia Española define perogrullada como “una verdad o certeza que, por notoriamente sabida, es necedad o simpleza el decirla”, asumiendo que Perogrullo era un personaje (no sabemos si real o ficticio) a quien se atribuye presentar obviedades de manera sentenciosa.
Hoy queremos insistir en un concepto que ya señalamos ayer, a riesgo de haya quien lo considere una perogrullada: ninguna enfermedad alérgica es contagiosa.
En el desarrollo de las enfermedades alérgicas intervienen, de forma compleja, factores genéticos y factores ambientales, muchos de los cuales han sido abordados en entradas previas de este blog. Pero no existe ningún factor que pueda determinar que una enfermedad alérgica se transmita de una persona a otra. Y eso es independiente del tipo de alergia, y de las manifestaciones que pueda conllevar. Digámoslo, entonces, de una forma simple y clara: las alergias «no se pegan».
Tampoco la predisposición a padecer alergia se contagia, aunque, tal como vimos ayer al hablar de la atopia, esa sí puede transmitirse de padres a hijos, pues tiene un componente hereditario. Pero eso no significa que el hijo tenga necesariamente que desarrollar una alergia, y ni mucho menos que vaya a desarrollar el mismo tipo de alergia que pudiera tener (si era el caso) su padre o madre.
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