La medicina actual intenta no aceptar ninguna idea como cierta hasta que ha tenido oportunidad de comprobarla. Es uno de los postulados de la llamada «Medicina Basada en la Evidencia«, nombre derivado de una traducción no muy estricta, pero tremendamente aceptada, de la expresión anglosajona «Evidence-Based Medicine«, que, en un sentido más literal, podría entenderse como «Medicina Basada en Pruebas«.
Puesto que ya se sabía que el tabaquismo pasivo (denominación referida a la inhalación de los productos presentes en el humo de los cigarrillos por quienes, sin ejercer personalmente el hábito de fumar, respiran un aire en el que otras personas fuman o han fumado previamente) puede tener efectos nocivos sobre la salud, es una conclusión razonable asumir que la prohibición de fumar podría tener un efecto positivo, precisamente por evitar esa conocida acción perjudicial: esa idea es el fundamento de la legislación que prohibe fumar en espacios públicos. Sin embargo, aunque el postulado es fácilmente defendible, no existían pruebas contundentes en lo que se refiere a la salud de los niños y a la evolución del embarazo.
Por ese motivo, ha sido muy celebrado un artículo publicado en el último número de la revista médica The Lancet (el 28 de marzo de 2014), el cual, tras analizar los trabajos previamente publicados en la literatura sobre el tema, concluye que la prohibición de fumar se asocia claramente con una disminución del número de nacimientos prematuros y de los ingresos por crisis asmáticas en niños.
Se trata de un metaanálisis (un estudio sistemático de la información presente sobre el tema en la literatura científica) titulado «Effect of smoke-free legislation on perinatal and child health: a systematic review and meta-analysis» («Efecto de la legislación anti-tabaco en la salud infantil y perinatal: una revisión sistemática y metaanálisis«) que integra 11 trabajos de procedencia diversa (EE UU, Europa y Canadá), y concluye que el número de partos prematuros y de ingresos hospitalarios por descompensaciones asmáticas en niños se han reducido en torno a un 10 % en los países que han introducido prohibiciones, y que esa reducción estaba ya presente no más tarde de un año tras la entrada en vigor de la normativa. Dicho estudio no está disponible en Internet de forma gratuita, pero sí un resumen del mismo, que recoge la información más relevante (en inglés):
http://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736%2814%2960082-9/abstract
Sabíamos que el tabaquismo, incluso el pasivo, influye negativamente en la maduración del aparato respiratorio. Ahora podemos afirmar que hay pruebas concluyentes de que la prohibición de fumar en espacios públicos tiene un efecto positivo en la evolución normal del embarazo y en la salud de los niños. Lo cual da incluso más sentido a las campañas de formación e información que intentan concienciar a la población en este sentido, como es el caso de esta impactante fotografía, que forma parte de una estrategia de concienciación sobre el tema puesta en marcha por el Departamento de Salud de Vermont (EE UU) con el lema «Cuando tú fumas, tu bebé fuma«, y que muestra a un feto cuyo cuerpo está formado íntegramente por humo, y que depende de un cordón umbilical compuesto también por la misma materia: