La gliadina es una glucoproteína que forma parte del gluten. Es, precisamente, el componente del gluten frente al cual los pacientes celíacos desarrollan anticuerpos.
Hace unos años, un grupo de investigadores liderados por el Dr. Eduardo Arranz Sanz, de la Universidad de Valladolid, identificaron un fragmento de la gliadina, compuesto por 8 aminoácidos (los aminoácidos son los elementos que forman las proteínas), llamado péptido 8-mer, que aparece exclusivamente en el intestino de los enfermos celíacos, pero no en las personas sanas.
Resulta, obviamente, un hallazgo interesante. Podría ocurrir que las personas celíacas descompongan el gluten, en la digestión, de un modo diferente a como lo hace el resto de personas, por lo cual en aquéllos se identifican elementos distintos, como este péptido 8-mer; y podría ocurrir que alguno o algunos de estos elementos surgidos de la descomposición del gluten tuviera efectos tóxicos para estas personas. Es sólo una teoría, pero merece la pena investigar sobre ella.
También podría ocurrir, por el contrario, que ese péptido 8-mer no tuviera ningún efecto tóxico, y que su presencia no ningún papel ni importancia en la producción de las alteraciones de la mucosa intestinal que producen el daño a las personas celíacas. En este caso, se trataría de lo que en Medicina (y en ciencia, en general) llamamos un epifenómeno: algo que ocurre en el contexto de un proceso o sistema, pero que no tiene ningún efecto causal en el funcionamiento de dicho proceso o sistema; es decir, sería, entonces, una circunstancia irrelevante desde el punto de vista de lo que nos interesa.
Pero ya sea una cosa o la otra, no lo sabremos si no indagamos al respecto.
Y es por eso que la Asociación de Celíacos y Sensibles al Gluten de la Comunidad de Madrid ha condedido su XII Premio de Investigación sobre Patologías por Sensibilidad al Gluten (convocado en 2015 y dotado con 18.000 euros) al proyecto de investigación llamado «Caracterización de los efectos inmunológicos del péptido 8-mer de las gliadinas en pacientes celíacos«, propuesto por el equipo de investigación liderado por el Dr. Arranz, que va a estudiar la respuesta inmunológica que se desencadena como reacción frente a la presencia en el intestino de las personas celíacas del péptido 8-mer.
Si se demuestra que este péptido tiene algún papel en el mecanismo que conduce a las lesiones de las vellosidades intestinales de estas personas, podría abrirse una línea de investigación muy interesante de cara a un posible tratamiento futuro de la celiaquía.
¿Y si, por el contrario, se demuestra que no juega ningún papel?: Entonces, sabremos que no es esa la vía por la que deberíamos seguir investigando. Se atribuye a Thomas Alva Edison (1847-1931) una inteligente réplica dirigida a un periodista que le reprochó la enorme cantidad de tiempo y esfuerzos que llevaba dedicados infructuosamente a su objetivo de construir una bombilla: «¿Fracasos?… No son fracasos: ahora conozco mil maneras de cómo no se debe hacer una bombilla» (no hemos encontrado ninguna prueba de que esta leyenda sea cierta, pero, lo sea o no, constituye una hermosa parábola sobre el valor del trabajo de investigación, independientemente del sentido de sus resultados).
Independientemente, entonces, de cuál sea el resultado de esta investigación, los hallazgos que aporte serán tremendamente útil: nos ayudarán a conocer un poco mejor los efectos del gluten en las personas celíacas… es decir, nos ayudarán a conocer un poco mejor al gluten como enemigo.
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