El alérgeno del mes: El polen de olivo

La semana pasada ya se detectaron niveles altos de polen de olivo en la atmósfera de la provincia de Málaga: más de 100 granos de polen por metro cúbico de aire. Probablemente este polen no ha alcanzado todavía su pico máximo para este año (de hecho, en la provincia de Granada todavía se mantiene en niveles bajos, y en algunas zonas casi indetectable), pero los mencionados son niveles suficientemente importantes como para producir problemas a las personas sensibilizadas.

Por ello, hemos decidido dedicar hoy la sección El Alérgeno del Mes al polen del olivo.

El olivo (cuyo nombre científico es Olea europaea) es un árbol perteneciente a la familia de las Oleáceas (Oleaceae), que comenzó a cultivarse hace unos 5.000 años en el Mediterráneo Oriental, propagándose después a lo largo de la costa, de Este a Oeste, hasta alcanzar la Península Ibérica, y convirtiéndose en uno de los cultivos más habituales de las civilizaciones mediterráneas (además de expandirse a otras zonas del mundo).

Se trata de un árbol muy resistente al calor y a la sequía, lo cual lo hace ideal para la mitad sur de la Península, siendo muy apreciado en amplias zonas de Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura. En las provincias de Jaén, Sevilla y sur de Córdoba ocupan enormes extensiones de terreno: la extensión de olivares de la provincia de Jaén equivalen, por sí solos, a los de toda Grecia. Por el contrario, la presencia del olivo va perdiendo importancia conforme avanzamos hacia el norte.

olivos

En nuestro país la polinización del olivo suele producirse entre los meses de abril a julio, con niveles máximos generalmente entre la segunda quincena de mayo y primera de junio. Una característica destacable de este polen es su alta capacidad aerovagante (es decir, que puede viajar largas distancias transportado por el aire), pudiendo detectarse en cantidades importantes (capaces de producir síntomas) a más de 100 km de su punto de origen. Esta circunstancia contribuye a su carácter productor de alergia respiratoria con elevada prevalencia en algunas zonas: la Olea europaea representa una causa importante de polinosis en aquellas áreas donde se cultiva. Estudios multicéntricos de polinosis llevados a cabo en nuestro país en los últimos años del siglo pasado y los primeros de éste han demostrado que se trata de la sensibilización por polen más frecuente en Jaén, Ciudad Real, Sevilla y Málaga, registrándose también una gran prevalencia en otras provincias. Globalmente en el conjunto de España, sin embargo, la alergia al polen de olivo se sitúa en segundo lugar, tras la alergia al polen de las gramíneas.

Respecto a la clínica, la rinoconjuntivitis es la forma de presentación más frecuente en los pacientes que padecen alergia al polen de olivo, acompañándose de asma en el 40 % de los casos.

 Se han identificado hasta la fecha 12 alérgenos diferentes en el polen del olivo. Se denominan, respectivamente, Ole e 1, Ole e 2, Ole e 3, … y así hasta Ole e 12. Ole e 1 fue el primero que se identificó y purificó, y es el alérgeno más importante de este polen, aquél frente al cual  están sensibilizados la mayoría de personas que presentan polinosis por polen de olivo (aproximadamente un 62 % de estos pacientes).

 La identificación y purificación de los diversos alérgenos de un polen permite investigar su relación con las diversas formas de presentación y evolución de la enfermedad alérgica por sensibilización a ese polen, y ello puede determinar un enfoque del tratamiento orientado de forma más específica o personalizada. En el caso concreto del polen del olivo, por ejemplo, sabemos que Ole e 7 se relaciona con una mayor probabilidad de reacciones adversas durante los ciclos de administración de inmunoterapia alergénica («vacuna») frente al polen de olivo, una información que puede ser relevante en el momento de la prescripción y/o del seguimiento del tratamiento.

El pasado fin de semana tuvimos oportunidad de participar en unas jornadas profesionales organizadas por la Universidad Internacional de Andalucía y celebradas en su sede de Baeza (Jaén), tituladas «Alergia al olivo: Un modelo complejo de sensibilización«. Fue una reunión de especialistas en alergia (desarrollada en una de las zonas del mundo con mayor densidad de olivares, lo cual lógicamente determina las cantidades de polen que pueden encontrarse en la atmósfera y tiene consecuencias sobre la sensibilización de la población de la zona) orientada a exponer y debatir los recientes avances en el conocimiento de las características de este polen y de la enfermedad alérgica que produce. Afortunadamente, cada vez conocemos mejor el polen del olivo y las peculiaridades de la sensibilización frente al mismo, lo cual nos permite disponer de herramientas cada vez más eficaces para ayudar a nuestros pacientes.

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