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«El etiquetado cuenta mucho»: Una página web sobre el etiquetado de los alimentos

La Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN), dependiente del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, ha puesto en marcha una página web orientada a proporcionar a los ciudadanos información sobre el etiquetado de los alimentos.

La página en cuestión se llama «El etiquetado cuenta mucho«, obviamente aprovechando la polisemia del verbo contar para proponer un juego de palabras en el que ambos posibles sentidos de la frase resultan pertinentes: el etiquetado de los productos alimenticios es muy relevante, y lo es precisamente por toda la información que nos proporciona.

La información que esta página web proporciona permite al visitante conocer de un modo fácil cuál es la información que debe proporcionársele respecto a los alimentos (envasados o no) puestos a su disposición en los distintos comercios.

Una sección relevante de la página está dedicada a las alergias e intolerancias alimentarias, y se destaca cuáles son los 14 alérgenos a los que la normativa de aplicación obliga a prestar especial atención.

La idea es muy buena, por supuesto, y la estructura de la página es bastante atractiva.

Sin embargo, lamentablemente tenemos que mostrar nuestro firme desacuerdo con un dato concreto que la página ofrece:

Cuando aborda la intolerancia al gluten (celiaquía), aparentemente para justificar la existencia de la leyenda «muy bajo en gluten» que deben llevar los alimentos cuando su nivel de gluten sea inferior a 100 mg/kg, se explicita que  «Existen distintos grados de sensibilidad al gluten, por eso, los alimentos con la indicación “muy bajo en gluten” pueden no ser adecuados para todas las personas con intolerancia al gluten. Debe consultarse al médico antes de consumir este tipo de productos.»

Ya abordamos en nuestra entrada «Una regulación del etiquetado de alimentos sin gluten innecesariamente (y peligrosamente) confusa«, del 21 de julio de este año, el motivo por el que nos parece que ese etiquetado («muy bajo en gluten» para productos con nivel de gluten entre 20 y 100 mg/kg) puede inducir a error (con consecuencias negativas) a las personas celíacas: estos alimentos no son aptos para las personas celíacas, pues 20 ppm es el límite máximo de gluten que puede contener un producto que vaya a ser consumido por una persona celíaca, ya que, más de eso, resulta nocivo. Sugerir que existen «distintos grados de sensibilidad al gluten», dando a entender que algunas personas celíacas (como puede verse, seguimos identificando la intolerancia al gluten con la celiaquía, pues no existe suficiente evidencia científica para defender la existencia de una «intolerancia al gluten no celíaca») podrían tolerar esas cantidades, nos parece un mensaje absolutamente improcedente; y, para agravar la confusión, se trata de una página web elaborada por una agencia que depende del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, lo cual le otorga, a ojos del visitante, un crédito que hace especialmente peligrosa esa afirmación.

No podemos asumir que existen «distintos grados de sensibilidad al gluten»: las personas que padecen celiaquía (todas ellas) deben evitar los alimentos con concentraciones de gluten superiores a 20 mg/kg.

Si quieres visitar la página, pulsa sobre la fotografía que, en la misma, da acceso a la sección de alergias e intolerancias alimentarias:

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Por cierto, hemos hecho llegar nuestra objeción a la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (no a través de la página web «El etiquetado cuenta mucho«, pues en la actualidad ni siquiera incluye una sección de «Contacto», sino a través de la página web de la propia Agencia), por lo que no perdemos la esperanza de que, cuando accedas a la página, la afirmación en cuestión haya sido retirada o matizada.

Ojalá.

 

Guía para unas Navidades felices y seguras para niños alérgicos a alimentos

Que en las fiestas navideñas aumenta la probabilidad de que las personas alérgicas a alimentos puedan padecer una reacción por contacto con el alérgeno problema es una realidad de la que ya hemos hablado previamente en este blog. Aun cuando el enfermo alérgico (o sus cuidadores, en caso de tratarse de un niño) sean rigurosos con las medidas de prevención durante todo el año, en las fechas referidas concurren una serie de circunstancias que aumentan el riesgo: son frecuentes las comidas fuera de casa; los viajes, con alojamiento en casa de familiares que viven en otra localidad, o en establecimientos hoteleros; la preparación de los alimentos por personas extrañas, que quizás no conocen (o no conocen bien, con todas sus implicaciones) la alergia o intolerancia de sus invitados; la abundancia de productos alimenticios elaborados, con múltiples ingredientes, diferentes de los habituales el resto del año; la posibilidad de relajar la vigilancia por distracciones diversas, …

Con estos peligros presentes, la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) ha elaborado una «Guía para unas Navidades felices y seguras para niños alérgicos a alimentos«, de breve extensión, que destaca las medidas más relevantes para minimizar el riesgo. Son, todas ellas, de una lógica aplastante, pero nunca viene mal recordarlas:

1.- Informar a las personas encargadas de preparar la comida de las alergias alimentarias de los niños.

2.- Leer los etiquetados de los productos.

3.- Adaptar el menú, dando preferencia a los platos que puedan comer todos los comensales.

4.- Preparar los alimentos utilizando utensilios diferentes para evitar la contaminación cruzada.

5.- Adoptar precauciones para evitar la inhalación de humos o vapores de cocción por parte de los niños alérgicos.

6.- Evitar proporcionar fuentes para compartir que contengan el alérgeno problemático.

7.- Ser prudentes con las múltiples oportunidades de probar alimentos nuevos.

8.- Tener el máximo cuidado si se ofrecen expresamente alimentos a los niños.

9.- Llevar siempre la medicación de rescate para administrar en caso de reacción alérgica (si hay riesgo de anafilaxia, son imprescindibles los autoinyectores de adrenalina).

10.- No aislar al niño alérgico, para que su enfermedad no se convierta en causa de exclusión.

Si quieres acceder a la guía en formato digital, pulsa sobre su portada:

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