Una piel humana de diseño, para investigación y otros usos

A pesar de todas sus ventajas conocidas hasta ahora, apenas comenzamos a vislumbrar las posibilidades de las impresoras en tres dimensiones.

Un grupo de investigadores del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, la Universidad Carlos III de Madrid y el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT), en colaboración con la empresa BioDan Group, ha desarrollado un prototipo de bioimpresora 3D capaz de crear piel humana totalmente funcional. El resultado de la investigación ha sido publicado recientemente en la versión electrónica de la revista científica Biofabrication, y su objetivo es conseguir una piel que resulte útil para ser trasplantada a los pacientes, en los casos en que pueda necesitarse una superficie adicional de piel, y que también resulte útil para la investigación, incluyendo la prueba de productos cosméticos, químicos y farmacéuticos.

Esta nueva piel humana replica la estructura natural de la piel, con una capa externa, la epidermis con su estrato córneo, y otra más profunda y gruesa, la dermis. En la dermis hay fibroblastos, células que producen colágeno, una molécula proteíca que forma fibras de gran flexibilidad pero al mismo tiempo gran resistencia a la tracción, y que contribuyen por esas características a la elasticidad y resistencia mecánica de la piel.

Dependiendo de las células utilizadas para su elaboración, puede generarse una piel alogénica, a partir de un stock de células sin relación con el paciente, o piel autóloga, creada en cada caso expresamente a partir de células del propio paciente.

Para que pueda implantarse en el organismo de los pacientes, este producto necesitará ser autorizado por los organismos reguladores de los diversos países. Mientras tanto, no obstante, puede ser utilizada para la investigación, por ejemplo para valorar la eficacia y toxicidad sobre la piel de productos cosméticos, químicos y farmacéuticos.

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