Este año, la Organización Mundial de la Alergia (WAO, por sus siglas en inglés: World Allergy Organization) ha elegido como eslogan de la Semana Mundial de la Alergia (que será la próxima semana, del 4 al 11 de abril) el siguiente: «Pollen Allergies – Adapting to a Changing Climate: Climate change worsens allergies globally«. Es decir: «Alergia al polen – Adaptándose a un clima cambiante: El cambio climático empeora las alergias globalmente«.
Diversos estudios internacionales han analizado durante los últimos años la posible relación entre el cambio climático y el incremento de los casos de alergia. Hoy sabemos que el cambio climático está alterando los ciclos de polinización de las plantas, y que las partículas diésel producidas por vehículos y calefacciones crean un ambiente hostil para las plantas que hace que el polen que éstas generan sea diferente del que liberan en zonas libres de contaminación: contiene, como mecanismo de defensa, unas proteínas específicas, que llamamos proteínas de estrés, lo cual aumenta su alergenicidad. Ello se traduce no solamente en un incremento de los casos de alergia, sino también en un empeoramiento de los ya existentes.
A finales del año pasado, cuando el portal Encuentra la Inspiración nos invitó a participar en su encuesta para identificar la innovación o noticia más destacada en relación con las alergias respiratorias producida en 2015, no tuvimos duda en señalar como tal el llamado Acuerdo de París, el acuerdo sobre control del cambio climático mediante reducción de emisiones contaminantes al que se llegó en 2015 tras la 21ª Conferencia de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, y a los previsibles efectos positivos que a largo plazo las medidas consensuadas en el mismo tendrán sobre las enfermedades respiratorias. Ahora, la WAO, a través de su propuesta para la Semana Mundial de la Alergia, destaca también de forma especial la importancia (y urgencia) de este asunto. No podríamos, entonces, estar más de acuerdo con el tema monográfico elegido para esta Semana.
Porque sensibilizar a todos sobre la relevancia del cambio climático no sólo es importante, sino también urgente. Y además, lamentablemente, su influencia sobre la alergia al polen no es el único efecto pernicioso. Ni siquiera, aún siendo grave, el más grave.