¿Qué es la contaminación biótica del aire?

La expresión contaminación biótica del aire hace referencia al conjunto de sustancias de origen biológico que están presentes en el aire atmosférico y pueden constituir un riesgo para la salud de las personas o de los animales.

Con carácter general, en ese concepto se incluyen microorganismos (gérmenes como virus, bacterias, hongos, protozoos, …) que pueden producir enfermedades infecciosas. Pero también se incluyen estructuras procedentes de animales o vegetales o de sus productos: pelos o pequeñas escamas de piel, fragmentos diminutos del cuerpo de los insectos u otros artrópodos, o de sus heces, o, por supuesto, el polen de determinadas plantas. Cualquiera de estos últimos puede comportarse como alérgeno y desencadenar una respuesta alérgica en las personas sensibles (el término técnico es “sensibilizadas”) que, sin saberlo, se exponen a inhalarlos; aún cuando resulten inocuos para la generalidad de la población.

Quizás porque, desde el punto de vista de la salubridad, y a diferencia de la mayoría de los contaminantes químicos, estos contaminantes biológicos que actúan como alérgenos no causan daño a cualquier persona expuesta, sino únicamente a un grupo susceptible, su presencia en el aire que respiramos resulta menos preocupante para las instituciones responsables de velar por nuestra salud, hasta el punto de que incluso con frecuencia su propia medición (su identificación y cuantificación) se descuida o se deja en manos de investigadores o sociedades científicas que pueden permitirse dedicar recursos propios a su conocimiento.