Los niños, mejor siempre con cámara espaciadora.

Desde nuestra cuenta de Twitter, @Alergologos, solemos compartir múltiples noticias relacionadas con alergia y asma que se publican en diversos medios de comunicación generalistas. Se trata de enfermedades tan prevalentes, y con tantas repercusiones fuera del ámbito exclusivamente médico, que con frecuencia estos medios les prestan atención (y muy especialmente en esta estación del año). Prácticamente a diario encontramos artículos que pueden resultar de interés para nuestros seguidores en esa red social, y nos gusta ayudar a divulgarlos.

Lamentablemente, como ya hemos referido en alguna ocasión en este blog, a veces los medios generalistas no son todo lo precisos que sería deseable, e incluyen informaciones o expresiones que no son del todo exactas, o que se prestan a interpretaciones diversas. Cuando lo detectamos, intentamos destacarlo para evitar confusiones. No siempre es fácil hacerlo en 140 caracteres, pero es algo a lo que solemos estar atentos.

Ayer, tuiteamos el enlace que llevaba a una entrevista radiofónica que encontramos en la página web de Radio Segovia, en la que la doctora Esteban, alergóloga en esa provincia, hablaba sobre la actividad de su hospital. El fragmento de audio estaba precedido por unos párrafos de texto escrito, encabezados por el siguiente titular: «El Hospital de Segovia trata cada vez más casos de alergias alimentarias«. Y, al margen de los inevitables faldones publicitarios, allí no aparecía imagen alguna (podéis comprobarlo pulsando sobre ese titular).

Muy pronto, otro usuario de Twitter, el Dr. José Valverde-Molina, jefe de Servicio de Pediatría del Hospital Universitario Los Arcos del Mar Menor, de Murcia, nos hizoun comentario que, inicialmente, nos resultó desconcertante: «Con #cámaraespaciadora», proponía: «Entre todos, NO a las imágenes que indirectamente expresan técnicas incorrectas». Una vez que supimos exactamente a lo que se refería el Dr. Valverde-Molina, hemos de decir que no podemos estar más de acuerdo con él.

Resulta que el enlace que nosotros habíamos incluido en nuestro tuit había incorporado, de forma automática, una fotografía; y se trataba de una fotografía que podía inducir a error a nuestro seguidores. En la imagen, una persona de la que sólo se veían la parte inferior de la cara, pero que, por sus rasgos, parecía bastante joven, probablemente un niño o una niña, se llevaba un dispositivo inhalador directamente a la boca. Se trataba de un dispositivo de los llamados «inhalador de dosis medida» (IDM, o MDI por sus siglas en inglés), los cuales constan de una cartucho presurizado donde se aloja el medicamento y una boquilla, a través de la cual se libera, con cada pulsación, una dosis del medicamento en forma de aerosol para que sea inhalado.

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Se necesita una coordinación muy precisa entre la pulsación y la inspiración para que el fármaco llegue a donde debe llegar: a los pulmones. Por ese motivo, no siempre los adultos lo hacemos bien; y, desde luego, no podemos esperar que un niño pequeño lo haga bien. Para solventar ese problema, existen otros dispositivos auxiliares que se llaman cámaras espaciadoras.

Una cámara espaciadora es un cilindro hueco herméticamente cerrado salvo por sus dos extremos: en un extremo se acopla el inhalador, de tal modo que con la pulsación se vierte el fármaco, aerosolizado, al interior de la cámara; en el otro extremo hay una boquilla que el enfermo abraza con los labios, o una mascarilla que se acopla a la cara de los niños más pequeños, abarcando nariz y boca. Respirando un rato el aire del interior de la cámara inmediatamente después de haber depositado allí el fármaco, se garantiza que una dosis adecuada llegue a los pulmones.

Las cámaras espaciadoras pueden utilzarse a cuaqluier edad; pero resultan imprescindibles en los niños, cuando se usan este tipo de dispositivos.

Por eso, presentar una fotografía en la que una persona que podría ser un niño o una niña acopla sus labios directamente en la boquilla de un inhalador presurizado de dosis medida no es adecuado, pues puede inducir a confusión.

Tal vez, de haber sido conscientes, no la habríamos divulgado. Pero haberlo hecho nos ha permitido abordar el tema en esta entrada, y aclararlo.

Gracias a la intervención del Dr. Valverde-Molina, con quien, como decíamos arriba, no podríamos estar más de acuerdo.