La Dirección General de Tráfico (DGT), en el último número de su revista Tráfico y Seguridad Vial, dedica un artículo al peligro que pueden suponer las alergias en la conducción de vehículos de motor, con el título «Llegan las alergias«.
Realmente, el artículo no proporciona información diferente a la que ya hemos ofrecido en este blog en ocasiones previas, pero, independientemente de ello, su lectura es recomendable.
En primer lugar, porque siempre resulta procedente recordar que conducir un vehículo sufriendo una alergia respiratoria intensa, o bajo tratamiento para paliar los síntomas de la misma, constituye un riesgo real para uno mismo y para otras personas que podría minimizarse o incluso eliminarse adoptando una serie de precauciones: la principal de las cuales es conseguir un diagnóstico preciso como medio para poner en marcha un tratamiento adecuado.
En segundo lugar, porque la información se presenta acompañada de pictogramas diversos, y ello siempre ayuda a su retención.
En tercer lugar, porque siempre, por obvio que nos parezca algo, una reflexión sosegada sobre ello puede llevarnos a conclusiones útiles. Por ejemplo, queremos destacar dos consejos que nos parecen muy acertados:
1) Si usted conduce, recuérdeselo a su médico cuando le prescriban tratamiento contra su alergia; porque esa circunstancia puede ser determinante, y condicionar la elección del tratamiento, o bien hacer aconsejable una vigilancia más estrecha.
2) Cuando tenga que conducir, el hecho de estar tomando fármacos contra la alergia es una circunstancia que obliga a ser incluso más restrictivo de lo habitual con la ingesta de alcohol: porque el alcohol potencia la somnolencia que algunos de esos fármacos podrían producir, conllevando, entonces, la combinación, un riesgo mucho más elevado.
Finalmente, el artículo incluye una imagen sobre la que queremos llamar la atención. Se trata de un pictograma (consistente en el dibujo de un coche incluido dentro del triángulo rojo indicativo de peligro) que, obligatoriamente, deben llevar los medicamentos comercializados en España que puedan producir somnolencia como efecto secundario. Los antihistamínicos (muy usados en el tratamiento sintomático de la alergia) están entre ellos: