El diagnóstico de alergia a fármacos presenta, con carácter general, un inconveniente importante: la falta, en la gran mayoría de los casos, de pruebas de laboratorio que ofrezcan resultados fiables en esta materia hace que el paciente deba someterse, casi de forma sistemática, a pruebas de administración controlada del fármaco para valorar su tolerancia. Tales pruebas no están exentas de riesgo, pues, en caso de existir alergia, podría desencadenarse la reacción, con consecuencias indeseables.
Desde hace años, precisamente por eso, múltiples investigadores trabajan de forma casi obsesiva para diseñar pruebas de laboratorio que tengan suficiente validez para llegar al diagnóstico, evitando de ese modo al paciente a someterse a pruebas que son incómodas o incluso arriesgadas.
En ese contexto, la Fundación Unicaja ha entregado en este mes de mayo que ahora termina el primer Premio Unicaja de Innovación en Biomedicina y Salud, dotado con 15.000 euros, a un proyecto consistente en el desarrollo de una plataforma para diagnosticar de forma más eficaz y segura a personas alérgicas a los antibióticos beta-lactámicos (los pertenecientes a la familia de la penicilina). El proyecto lleva por título «Desarrollo de un microarray con conjugados betalactámico-proteína y betalactámico-nanoestructura para el diagnóstico de alergia a antibióticos«, y consiste en el desarrollo de una plataforma de alta capacidad para el diagnóstico de alergias a antibióticos betalactámicos, que incluye una serie de proteínas y nanoestructuras, su evaluación inmunológica y validación clínica. Está en fase preliminar y tendrá una duración de dos años, durante los cuales se pretende desarrollar una superficie en forma de cuadrícula microscópica (chip) que contendrá distintas nanoestructuras y proteínas unidas a antibióticos betalactámicos, con la que se podrá identificar a través de una pequeña muestra de suero del paciente si éste padece alergia a tales fármacos, y, en tal caso, de qué tipo.
Los responsables del proyecto son un grupo de investigadores de la unidad de gestión clínica de alergología del Hospital Regional Carlos Haya de Málaga (que sigue siendo conocido por ese nombre, a pesar de que su denominación oficial en la actualidad es Hospital Regional de Málaga) y del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (Ibima). Concretamente, en el equipo encargado del proyecto galardonado participan María Isabel Montañez Vega, como investigadora principal; María José Torres y María Salas, en la especialidad de alergología; Tahía Fernández y Adriana Ariza, en biología; Ángela Martín-Serrano, en química, y María Auxiliadora Guerrero, en enfermería.
Fotografía de Europapress y Fundación Unicaja, del momento de la entrega del premio.