La pregunta con que hemos titulado esta entrada puede parecer un poco disparatada, pero la Asociación Americana del Pulmón (American Lung Association) ha informado recientemente de la identificación de algunos obstáculos al uso de medicación contra el asma en las escuelas. Su informe se refiere, lógicamente, por el ámbito de actuación de esta asociación, a las escuelas estadounidenses, pero reflexionar sobre esos posibles obstáculos nos permite extraer conclusiones extrapolables a nuestro medio.
El primer y principal obstáculo que identifican es la dificultad para identificar los síntomas de exacerbación asmática. El niño asmático puede empezar a sentirse mal, y es posible que no tenga información o experiencia suficientes como para saber cuándo debe pedir ayuda, o acudir a la enfermería del centro. Una demora en administrar el tratamiento de rescate puede empeorar las consecuencias de la crisis. Por ese motivo, es necesario que los propios docentes y educadores, además de conocer el padecimiento del niño enfermo y sus características, estén suficientemente formados y adiestrados para identificar precozmente las señales de alarma que deben llevarles a actuar.
Lo mismo puede decirse, por supuesto, respecto al manejo de la medicación inhalada de rescate. Los profesores deberían ser capaces de constatar si el niño está autoadministrándosela adecuadamente, y orientarle y ayudarle en caso de que no sea así.
Otro obstáculo que identifican es la prohibición de que el niño lleve consigo su propio tratamiento. Es razonable que un niño muy pequeño no lleve el medicamento consigo (razón de más para que el cuidador sea consciente de la enfermedad que padece y custodie el dispositivo inhalador siempre accesible en caso de crisis), pero a partir de determinada edad (y la asociación propone, con carácter general, la edad de 8 años) debería permitírsele llevarlo consigo si es suficientemente maduro.
También es importante que el servicio de enfermería esté suficientemente dotado, tanto de personal como de material, incluyendo los dispositivos inhaladores que sean necesarios.
Basándose en estos datos, la Asociación Americana del Pulmón propone una serie de medidas para solventar los problemas detectados:
- Debe existir una adecuada comunicación entre padres y profesores, para que estos últimos sean conocedores de las circunstancias particulares que afectan a la salud sus alumnos y para que los primeros tengan oportunidad de implicarse en el manejo del asma de sus hijos en el colegio.
- Los profesores y demás personal del centro educativo deben tener información y entrenamiento adecuados para detectar signos de alarma de descompensación y saber cómo actuar en su caso.
- La comunidad educativa debería buscar consensos o elaborar protocolos que le permitan valorar la idoneidad de los niños para llevar consigo sus propios medicamentos.
- Las autoridades sanitarias deberían habilitar canales de comunicación adecuados con las instituciones educativas para que éstas puedan recibir formación e información y solventar con facilidad sus dudas respecto a esta materia.
- Las instituciones educativas deben asegurarse de que sus servicios internos de enfermería están adecuadamente dotados de personal y de medicación.